El cartílago es un tejido firme pero flexible que recubre las superficies articulares de los huesos. Su función es lubricar y facilitar el deslizamiento de dichas superficies durante el movimiento, amortiguar fuerzas compresivas y generar una mejor distribución de cargas dentro de la articulación. Una lesión condral supone sólo lesión en el cartílago propiamente tal, mientras que en una osteocondral también se compromete el hueso subyacente, el cual tiene como función entregar soporte y nutrición al cartílago.
Generalmente, las lesiones de cartílago pueden ser de carácter degenerativo, lo cual responde a un incremento de la fricción articular a raíz de movimientos de impacto repetitivo como en el running, cuando se realiza sin pasar por un proceso de adaptación que permita a los tejidos articulares y periarticulares adecuarse progresivamente a este tipo de cargas. Esto se puede ver favorecido por algunos factores de riesgo, tales como alteraciones biomecánicas (especialmente de miembros inferiores), sobrepeso, edad o presencia de otras lesiones asociadas (como de meniscos o ligamentosas). En otras ocasiones, el cartílago se puede lesionar producto de traumas directos en deportes de contacto.
Las lesiones de cartílago se dan habitualmente en articulaciones que reciben nuestro peso corporal, como la columna, caderas, rodillas y tobillos. Algunos otros nombres que se le suelen dar a lesiones condrales u osteocondrales son condromalacia rotuliana (disfunción pátelo-femoral o síndrome de dolor anterior de rodilla), osteocondritis u osteocondrosis. Y dentro de sus síntomas destacan la presencia de dolor, aumento de volumen y en ocasiones, bloqueo articular.
Para su diagnóstico se utilizan en primera instancia radiografías, donde se puede apreciar una disminución del espacio articular. Pero para obtener una descripción más detallada en términos de localización y espesor de la lesión, se utiliza una resonancia magnética. Posteriormente, el tratamiento dependerá de la magnitud de la lesión, edad, nivel de actividad de la persona y sus objetivos.
En ocasiones puede ser necesario el tratamiento quirúrgico, pero otras veces, a través de un correcto tratamiento conservador con kinesiología se pueden obtener muy buenos resultados respecto al dolor y función. Esto se logra mediante distintas técnicas de descompresión articular, pero principalmente favoreciendo un proceso de adaptación a la carga de la articulación lesionada, en el que el trabajo de la musculatura periarticular cumple un rol fundamental. Finalmente, es importante mencionar que se puede reducir el riesgo de presentar lesiones condrales a través de una adecuada educación y dosificación de cargas de entrenamiento, superficies de impacto, calzado, y un análisis biomecánico del gesto deportivo; el cual nos aporta información de qué músculos es necesario fortalecer o flexibilizar para mejorar la técnica y con ello disminuir el riesgo de lesión.
¿Tienes alguna lesión de este tipo? Contáctate directamente por whatsapp con uno de nuestros kinesiólogos para que podamos ayudarte.
Mg. Klgo. Lucas Torres Pumarino
Kinesiólogo Clínica Kitness
contacto@kitness.cl
Comments