Una luxación de hombro es la pérdida de la congruencia de la articulación, en la que la cabeza del húmero (hueso del brazo) pierde el contacto con su cavidad articular. El hombro es una de las articulaciones más móviles del cuerpo, lo cual es muy necesario para su función tanto en actividades cotidianas como en un contexto deportivo. Producto de esta gran movilidad, es una de las articulaciones más propensas a sufrir luxaciones cuando se somete a fuerzas y movimientos mayores a las que es capaz de soportar.
Es una lesión habitual en deportes de contacto como el rugby, fútbol o básquetbol; u otros que estén expuestos a caídas de alto impacto, como el ski, enduro, etc. Por lo general se produce al caer con el peso del cuerpo sobre el brazo abierto, rotado y extendido, y lo más frecuente es que la cabeza del húmero se desplace hacia adelante (luxación anterior de hombro).
Dentro de los principales síntomas destaca la presencia de dolor intenso, impotencia funcional, aumento de volumen y deformidad en la zona. Como tratamiento inmediato será necesario aplicar frío para aliviar el dolor, e intentar darle contención a la articulación hasta que sea reducida por un especialista. Posteriormente, se suele realizar una resonancia magnética para cuantificar posibles daños en otras estructuras como hueso, cápsula, ligamentos, labrum y tendones del manguito rotador que pueden haber sufrido alguna lesión producto del desplazamiento de la cabeza humeral.
Dependiendo de esto y de la actividad de la persona, en algunos casos será necesario realizar una cirugía. Existen distintas alternativas quirúrgicas, pero su objetivo principal es otorgarle nuevamente el componente estabilizador a la articulación. Otra opción será optar por un tratamiento conservador (sobre todo si es la primera luxación). En este caso, el manejo kinésico tiene como objetivos relajar mediante masoterapia ciertos músculos cuya actividad puede haber aumentado, mejorar rangos de movimiento, y especialmente fortalecer la musculatura de la articulación (manguito rotador y otros músculos superficiales) con el fin de que le otorgue la estabilidad y contención necesaria para evitar un segundo episodio.
En cuanto a la vuelta al deporte, el tiempo es variable y dependerá de si se optó por un manejo kinésico o quirúrgico. En caso de que se haya realizado sólo tratamiento con kinesiología, el reintegro puede ser entre 1 y 2 meses. Mientas que si fue necesario recurrir a cirugía, pueden ser entre 3 y 6 meses dependiendo del riesgo que represente la actividad deportiva para una eventual nueva luxación.
Lo más importante es que con una buena recuperación, puedes volver a tu actividad deportiva sin mayores inconvenientes, por lo que si tienes alguna duda, puedes comunicarte con nosotros directamente vía whatsapp.
Mg. Klgo. Lucas Torres Pumarino
Kinesiólogo Clínica Kitness
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